Partiendo de la base de que en
rasgos generales estamos muy jodidos como sociedad, donde la pérdida de valores
y la necesidad de alimentar el ego continuamente
nos hacen creer que el éxito es un
indicador medible en bienes o dinero en el banco, es que se hace imperioso que comencemos
a quitarnos las vendas de los ojos.
Somos un grupo de zombies buscando
sentirnos realizados, generar impacto en nuestro entorno, ser respetados en nuestra
profesión, chocándonos entre nosotros sin siquiera levantar la mirada, sin
lograr conectarnos.
Lo que no hemos podido comprender,
es que el impacto lo debemos generar en nosotros mismos, porque por más
abultada que sea una cuenta en el banco, si no está acompañada de realización
personal, nos va a seguir produciendo un vacío enorme.
Ese vacío, lo queremos llenar con
recetas mágicas y rápidas, lo que hace que haya un nuevo mercado de espiritualidad
o recetas de fines de semana, que obviamente funcionan para algunos, pero de
los cuales la mayoría de las personas salen más confundidos.
El éxito, solamente lo podemos
alcanzar conectando con nosotros mismos, siendo auténticos con la misión que
nuestro niño interior vino a realizar en este aquí y ahora. Y esa misión es
única, cada uno de nosotros vino con una bolsita llena de dones y debe
utilizarlos para recorrer SU camino y lograr la plenitud aunando sus sueños con
sus actos, eso es lograr el verdadero éxito.
Cuando nuestro ser y nuestro
hacer están alineados todo fluye fácil las cosas se dan casi por arte de magia,
podemos realizar esfuerzos enorme sin sentir
que sea un peso, simplemente dejamos todo por conseguir seguir nuestra
vocación, aquella que soñábamos de niños.
Esa es la receta rápida que
debemos transmitir. Sigue tu camino, conéctate con tu vocación, vive como te
dicta tu alma, se auténtico contigo mismo. Que el éxito se mida solamente en tu
sonrisa.
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